No hagas esto si llevas a tu hijo a terapia

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Cuando los padres toman la decisión de llevar a su hijo a terapia, están dando un paso importante hacia el bienestar emocional y psicológico de su hijo. Sin embargo, es crucial comprender que este proceso requiere una atención cuidadosa y considerada. 

Si has decidido obtener ayuda para tu hijo es posible que no sepas cómo proceder. Esto puede ser especialmente confuso si tienes poca o ninguna experiencia en un entorno de terapia. Estos son algunos de los errores que los padres suelen cometer cuando deciden llevar a su hijo a psicoterapia.

Recuerda, no tengas miedo de preguntar y pedir apoyo al profesional para que te guíe a lo largo del proceso.

5 cosas que no debes hacer

Decirle que va a terapia porque está mal o porque es el problema

Esta comunicación puede tener efectos negativos en la autoestima y el bienestar emocional del niño. En lugar de enfocarse en el niño como el "problema", es más constructivo presentar la terapia como una herramienta de apoyo para ayudar al niño a manejar sus emociones, aprender habilidades de afrontamiento y crecer emocionalmente. 

Transmitir que la terapia es un recurso positivo puede reducir el estigma asociado a la salud mental y fomentar una actitud más abierta y receptiva hacia el proceso terapéutico, promoviendo así un ambiente de comprensión y apoyo en la familia.

Presionarlo para que se porte bien durante la sesión

No presiones a tu hijo para que se comporte bien durante la terapia porque este ambiente debe ser un espacio seguro y de confianza donde el niño puede expresar sus pensamientos y emociones libremente. 

La presión para comportarse de cierta manera puede crear ansiedad y temor, inhibiendo su capacidad de comunicarse de manera honesta con el terapeuta y obstaculizando el proceso terapéutico. Es esencial que permitas que tu hijo se sienta cómodo siendo él mismo, ya que esto facilitará el trabajo del terapeuta para comprender y abordar sus necesidades emocionales y psicológicas.

Hablarle al terapeuta sobre tus preocupaciones frente a tu hijo

Esto puede comprometer la confidencialidad y la privacidad del espacio terapéutico. Cuando los padres comparten preocupaciones directamente con el terapeuta en presencia del niño, se corre el riesgo de erosionar la confianza del menor en el proceso terapéutico y su capacidad de comunicarse sinceramente con el terapeuta. 

En cambio, puedes abordar tus inquietudes de manera privada con el terapeuta en una sesión separada para garantizar un enfoque más efectivo en el bienestar del niño.

Decirle cuánto cuesta la sesión o que la terapia es cara

Esta información puede generar ansiedad o culpabilidad en el niño. La terapia es un proceso importante para el bienestar mental, y los niños deben sentirse apoyados sin preocuparse por el aspecto financiero. 

Discutir el costo puede desviar la atención del niño de su propio crecimiento emocional y generar temores injustificados. En su lugar, es más beneficioso enfocarse en el valor que la terapia aporta a su salud mental y emocional, destacando cómo les ayuda a sentirse mejor consigo mismos y a resolver problemas de manera saludable.


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